sábado, 8 de mayo de 2010

Parapsicología en La Rioja: 'El Miserere de la montaña' de Gustavo Adolfo Bécquer (Monte de Yerga)

Saludos GIPEriojanos:

Ya comentamos en este blog la leyenda del Picuezo y la Picueza, que se sitúa en la localidad de riojabajeña de Autol. Volvemos a sus alrededores para hablaros de otra leyenda de la que es probable que habréis oído hablar, puede que incluso hayais leido gracias a su famoso autor español, o que hasta hayáis asistido a su representación. Me refiero a la leyenda del Miserere de la montaña de Gustavo Adolfo Bécquer.

El Miserere es uno de uno de los cuentos englobados dentro de 'Rimas y leyendas' del poeta y narrador sevillano Gustavo Adolfo Bécquer (1836 - 1870), icono del romanticismo español. Fue publicado por primera vez el 17 de abril de 1862 en "El contemporáneo". Ha sido objeto de varias adaptaciones, siendo una de las más curiosas, conocidas y destacadas la realizada por Carlos Giménez en febrero de 1971 en forma de historieta dentro del número 8 de la revista "Trinca".

Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer
La trama se desarrolla en la época medieval, durante la noche de Jueves Santo, en la conocida abadía navarra de Fitero. Pero la leyenda está inspirada, muy seguramente, en el monasterio de Yerga, entre Autol y Grávalos. A continuación expondré un resumen de la leyenda (en cursiva y azul), pero si no han leído el original de Bécquer recomiendo se salten esta parte y lean el texto completo, al que podran acceder al final de este artículo.

Un afamado compositor llegó un día al monasterio, pidiendo asilo. Huía de su anterior vida de pecado y deseaba purgarlo escribiendo una música que contuviese el "salmo del miserere", el más hermoso y triste miserere que jamás se hubiera escrito, pero no conseguía terminarlo.

Representación del Miserere en Yerga
Entonces, uno de los frailes, le contó la antigua historia del miserere de la montaña: en el cercano monte, donde existió un primigenio monasterio, que fue destruido por la maldad de unos ladrones, se oía, en la noche de Jueves Santo, el más lastimero de los cánticos.

Intrigado y temeroso, decidió subir al monte dicha noche, para comprobar qué había de realidad en aquellas palabras. La oscuridad fue envolviendo al músico y, cuando fueron las once, éstas sonaron en las inexistentes campanas del destruido monasterio. Llegaron a él las palabras del lúgubre canto, entonadas por los asesinados frailes mientras el monasterio se reconstruye, acompañados por el ruido del viento en los árboles, el chocar de piedras y de huesos.

Representación del Miserere de Bécquer en Yerga
Fue tal el terror que le inspiró la escena, que perdió el conocimiento. Ya de regreso, intentó escribir la obra pero, al llegar al punto de su desvanecimiento, no podía continuar y murió afiebrado y enloquecido, sin poder terminar su maravilloso "Miserere".


Esta leyenda se puede relacionar con el antiguo mito de Anfión (hermano gemelo de Zeto, e hijo de Antíope y Zeus en la mitología griega), pues tiene su semejanza en que los dos utilizan el poder de la música en relación con las piedras, ya que Anfión tocaba la lira (regalada por Hermes) de tal manera que las piedras le seguían espontáneamente y se colocaban en su sitio en el muro de Tebas.

Fotografía de la representación del Miserere
Miserere es el nombre que se da al salmo 50 de David en la Biblia, y esto se debe por empezar con dicha palabra en la versión latina o Vulgata. La versión cantada más conocida es de Allegri, y es a capella. Está escrita para dos coros, uno de cuatro voces y otro de cinco. El primer coro canta una versión simple del tema original y el otro, a cierta distancia, canta un comentario más elaborado. Desde su composición, el Miserere se canta en la Capilla Sixtina en la mañana del Miércoles y del Viernes Santo.

Ruinas del monasterio de Yerga
Esta es la letra traducida del Miserere que se cantaba antiguamente en las iglesias durante las misas de Semana Santa:

Misericordia, Dios mío;
tu gran clemencia me valga.

Lágrimas vierten mis ojos,
confusión tengo en el alma.

Por tu gran misericordia,
de mí ten piedad, Dios mío.

Borra mis iniquidades
porque estoy arrepentido.

Las manchas negras del alma
y aquel pecado que hice
lava, lávalo de nuevo,
que tanto, tanto me aflige.

Ahora yo reconozco
que mi pecado fue grande,
y su continuo recuerdo
me tiene triste y cobarde.

Contra ti sólo pequé.

En tu presencia he pecado.

Con el perdón que me otorgues
se callarán los malvados.

Atiende, que soy muy débil
y en pecado concebido.

El mal lo traigo heredado;
soy un pobre desvalido.

Yo me acuerdo de aquel tiempo
en que inocente vivía,
y conocí los arcanos
de tu gran sabiduría.

Hoy necesito que laves
con el hisopo mi alma.

Blanca quede como nieve
al influjo de tu gracia.

Háblame dulces palabras,
que despidan mis tristezas,
que me absuelvan y me alienten,
que restituyan mis fuerzas.

Aparta tu faz divina,
no mires a mis pecados.

Sírvelos fuera del alma,
que me tienen contristado.

Un corazón puro y casto
crea dentro de mi pecho,
y en los unos de mi alma,
viva el espíritu recto.

Mírame con buenos ojos,
no me arrojes de tu lado;
No me prives de tu gracia
ni de tus dones sagrados.

Devuélveme la alegría,
y tu amistad siempre amable,
y fortaleza de príncipe
para servirte constante.

Por el escándalo dado,
y que tanto se ha perdido,
enseñaré tus verdades,
combatiré a los impíos.

Líbrame, Dios, de las penas
que mis pecados merecen,
y mi lengua a tu justicia
celebrará para siempre.

Ábreme, Señor, mis labios
porque mi lengua te alabe,
y te adore y te venere
como a Dios y como padre.

Mi dolor, mi contrición,
será a ti más aceptable,
que todos los holocaustos
y confusiones legales.

Sacrificio a Dios muy grato
en mi alma atribulada,
y un corazón ya contrito
nunca su amor la rechaza.

Mírame aún con agrado,
y a tu pueblo con clemencia;
afianza tus murallas
y firme tu reino venga.

Haré entonces sacrificio
con toda suerte de gracia,
de amor, de paz y consuelo,
de justicia y alabanzas.


Imagen del Miserere de la montaña en Yerga
Desde 1994, y a cargo de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Autol, se representa el Miserere de la Montaña en donde se originó la leyenda, el monte Yerga en Autol, donde descansan los restos del monasterio cisterciense que en su momento inspiró a Béquer a escribir este relato. Al área de recreo con las ruinas (a 925 m de altura) se puede acceder desde el Corral del Portillo (865 m) o por una pista transitable para vehículos de 11km que parte cerca de Autol desde la carretera que une Autol con Aldeanueva del Ebro. Esta representación se lleva a cabo a finales de junio o principios de julio, por la noche, y en ella participan bastantes personas del pueblo, involucrando cada año a más gente (ya más de cincuenta). Aunque el fondo es el de Bécquer, el relato se ha tenido que adaptar para que su representación sea amena y resulte lo más 'realista' posible. Más información la podéis encontrar en http://www.elmisereredeyerga.org/ (gracias a Carlos F. Hernández Jimenez, alcalde de la Cofradia del Santisimo, en Autol, por hacernos llegar la modificación de la dirección de la página web). Podeís ver más fotografías de la representación desde este enlace. Y desde este otro enlace de Youtube podeis ver videos de esta representación.

Imagen de las ruinas del monasterio de Yerga
Las ruinas del monasterio cisterciense del Monte de Yerga están en pleno monte a doce kilómetros de Autol, aunque están en la jurisdicción de Alfaro, y se limitan al ábside de la Iglesia y un par de dependencias mas construidas en mampostería y sillería. El monasterio, el primero fundado en España bajo la regla del Cister tras su expansión desde Francia, data de 1136, cuando un grupo de monjes del Cister, encabezados por el Abad Durango, llega a Santa Maria de Yerga. Venian desde el monasterio de Scala Dei (Francia) requeridos por el Rey de Castilla Alfonso VII, que les encarga la tarea de repoblar estas difíciles tierras, pues eran tierras fronterizas entre Navarra, Castilla y Aragón. Como era propio del carácter severo y eremita de dicha orden en sus comienzos, el paraje natural agreste y alejado de poblaciones, erá el idóneo en la cima de Yerga, donde mana una asombrosa fuente, dada la altitud. Pero no duró mucho el asentamiento y, probablemente debido a las duras condiciones del clima, debieron abandonar el lugar.

Situación del monte de Yerga
La Sierra de Yerga actúa de divisoria de aguas entre las cuencas de los ríos Cidacos (al norte) y Alhama (al sur), estableciendo una barrera natural entre las tierras de la Rioja Baja y las sierras ibéricas. Su máxima altura es el Gatún (1158 m), aunque es el monte Yerga (1101 m) su cumbre más conocida y la que le da nombre. Es conocida por montañeros y excursionistas de la Rioja Baja, y pueden disfrutarse de los densos carrascales contrastando con las tierras más cercanas al Ebro, en su mayoría ocupadas por viñas. También son dignas de mención las repoblaciones de pinos. El monte Yerga posee en su cima el mayor enjambre de antenas de toda La Rioja, encontrándose su cresta adornada por aerogeneradores.

Ruinas del monasterio de Yerga
Es en el año 1140 cuando los monjes marchan a Nienzabas, una villeta desierta en un llano allí cercano, con tierras donadas por Alfonso VII tras la mediación de dichos monjes para evitar la guerra entre el y Rey de Navarra García Ramírez IV, y en 1152 fundan un nuevo monasterio en Fitero, en el valle del Alhama (en la comarca navarra de La Ribera, a 23km de Tudela y 89 km de Logroño), que fue uno de los más importantes del Cister en España, con tierras mas dóciles y menos inhóspitas. El primitivo asentamiento de Yerga pasó a ser una granja cisterciense en régimen de alquiler. La edificación del segundo y definitivo monasterio de Fitero, comenzó en 1179 y su iglesia fue consagrada en 1247. Así, olvidadas y sepultadas por el bosque permanecían las ruinas en el monte de Yerga, hasta que en 1865, Bécquer, camino de Veruela (el Real Monasterio de Santa María de Veruela es una abadía cisterciense del siglo XII cerca de Vera de Moncayo, en la provincia de de Zaragoza), para en el monasterio de Fitero una temporada para reponer su delicada salud.

Situación de Fitero
Dejando volar la imaginación podemos ver a Bécquer conociendo la antigua biblioteca de dicho monasterio, y sacando de los ancianos monjes los misterios y secretos que se esconden en los claustros. Así fue como Bécquer, movido por la búsqueda de lo misterioso, su gran afición, buscó y acaso por casualidad, encontró las ruinas del antiguo monasterio. Su alma de poeta comprendió al instante que dichas piedras guardaban un secreto, una maldición, una historia que contar, una historia de horror y muerte, que pueden leer aquí.

Representación del Miserere de Bécquer en Yerga
Más leyendas riojanas y casos parapsicológicos disponibles desde este INDICE. Dejas vuestros comentarios y opiniones libremente.

"La muerte es tu verdadera amiga, es la única que te saca de los problemas"

5 comentarios:

Llamas dijo...

Joder con el Giperioja,ya hasta hacemos articulos en el futuro ajjaja

Buen aporte Ito.

GIPErioja dijo...

Perdon, por un error se ha publicado el artículo con la fecha de 10 de octubre de 2010 cuando estamos en el mes de mayo. Intentare solucionarlo. Gracias Llamas por fijarte.

colegios malaga dijo...

Es que son unos visionarios, jeje gracias muy buen articulo, en general me gusta mucho el blog es la primera vez que me animo a hacer un comentario
Saludos y sigan asi mur interesante vuestros articulos

GIPErioja dijo...

Se agradecen los comentarios para saber que ay gente leyendonos. Gracias y animaros a comentar más.

Alan Faena dijo...

la verdad que no conocía este poema pero es toda una maravilla!!

 
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