jueves, 19 de febrero de 2009

Parapsicología en La Rioja: Leyenda de la hoz de Santo Domingo de la Calzada

Saludos GIPEriojanos:

En una entrada anterior ya comentamos la vida de Santo Domingo de la Calzada y su famosa leyenda del gallo y la gallina. Ahora les comentaré otra leyenda milagrosa atribuida al santo, y que tiene su reflejo en el propio escudo de la ciudad de Santo Domingo de la Calzada.

Escudo de Santo Domingo de la Calzada
Como se ve en la imagen, en el tercer cuartel (como se designan en heráldica a las zonas dentro del escudo) del escudo de la ciudad aparece, en campo azul, una encina natural con el tronco cruzado por una hoz de hoja de plata. A su derecha e izquierda, un gallo y una gallina mirando al centro, ambos blancos y centrados. Son símbolos de dos milagros atribuidos a la leyenda de Santo Domingo de la Calzada, el santo fundador del hospital de peregrinos en el Camino de Santiago, que daría lugar a la expansión y al crecimiento de la ciudad actual. La primera ya se comentó, la segunda se hará a continuación. En la parte inferior, puente al natural, aclarado de cinco ojos sobre ondas de azul y plata, que recuerdan al santo como ingeniero constructor del puente sobre el río Oja, para facilitar el paso de los romeros a Compostela.

Con motivo del IX Centenario, el Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada adoptó la oportuna decisión de plantar nada menos que «180 encinas de cierta envergadura», que acabarán formando un futuro bosque. La razón municipal es que cada encina representaría un lustro, o sea, cinco años de historia local. Esta razón, que trata de filiar la historia local a la encina, puede tener alguna otra justificación, también local, de cierta envergadura: la propia vida milagrosa del Santo de la Calzada y el mismísimo escudo de la ciudad a la que dio nombre.

Santo Domingo cuando decidió retirarse al desierto para vivir como un eremita, se trasladó a un lugar en el que había un bosque y un «derrotado palacio», propiedad de los Reyes de Nájera, pero que, como éstos no lo cuidaban, era explotado por los pueblos de alrededor. Este bosque, llamado La Ayuela, situado entre el río Oja y un arroyo cercano, estaba poblado de «encinas tan fructíferas, tan copiosas y tantas que por ellas se llamaron las orillas de este río la Glandera», y hoy se llama Glera. Con una hoz desmontó todo el bosque -entre otras razones, porque era un lugar donde se escondían muchos forajidos- echando a tierra «las encinas robustas, los robres crecidos burladores de dilatados años, como si fueran secas espigas». Después de construir la calzada de los peregrinos, con toda esta derribada madera construyó un puente.

Santo Domingo de la Calzada en la Iglesia de San Juan de Ortega (Burgos)Se muestran dos imágenes del santo (una en la Iglesia de San Juan de Ortega, Burgos, y otra en el pórtico de la Catedral de la localidad de Santo Domingo de la Calzada).

En seguida, se hizo necesario levantar un hospital para atender a los peregrinos, y decidió que lo elevaría con la piedra de sillería del arruinado palacio. Pero volvió a necesitar madera y se la pidió a los habitante del lugar llamado Ayuela, «donde hoy es la dehesa cerrada de nuestra ciudad, y desde allí hasta la dicha villa de Ayuela, el arroyo arriba». Esta vez los rústicos locales le negaron el permiso porque apreciaban y estimaban aquellas «hermosas encinas y robustos robres», pero el santo les propuso que le permitieran cortar sólo los árboles que pudiera usando una simple hoz de segar trigo, la misma maravillosa hoz que le había servido para roturar el bosque con anterioridad.

Santo Domingo de la Calzada en el pórtico de la Catedral de la localidad de Santo Domingo de la Calzada
Los rústicos le dieron el permiso, pero al día siguiente, comprobaron con horror el desaguisado que había preparado el Santo, y pretendían matarlo. No obstante, el Santo les recordó el trato al que habían llegado con él el día anterior, y les demostró allí mismo la facilidad con que, con aquella hoz, cortaba cualquier árbol, por grueso que fuera. Este último milagro hizo que el símbolo de la hoz entrara a formar parte del escudo de la ciudad, y ahí está todavía amenazando el tronco de una frondosa encina. Los peregrinos que pasaban por la ciudad ya tenían calzada, puente y hospital, pero aquel bosque quedó mutilado para siempre.

Ahora es el momento de reponer las encinas allí donde en otro tiempo se utilizaron como una medida constructora al servicio de la creación de un fecundo corredor, el Camino de Santiago, que no sólo transportaba peregrinos, sino también cultura y comercio.

El Puente, ha sido escenario de varios milagros ocurridos en Santo Domingo, como el que se recuerda cada 11 de mayo con la procesión de la rueda, “Un peregrino que dormía a la entrada del puente es atropellado por un carro cargado de piedras que era arrastrado por un par de novillos que se habían descarriado. El santo intervino para devolverle la vida”. Actualmente y tras muchas reparaciones tiene una longitud de 148 metros y dieciséis arcos.

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"Todos estamos en fila delante de la Parca; Felizmente, no sabemos en qué lugar de la fila"

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